Las dificultades experimentadas el primer día se repetirán los 4 0 5 días siguientes, aunque irán disminuyendo, por lo que tendrás que seguir afrontando la ansiedad y la tensión provocadas por el deseo de un cigarrillo. A continuación te propondo una serie de pautas que te ayudarán ante esta situación en particular y a dejar el tabaco en general. Sobre todo no fumes.
La sensación imperiosa de que necesitas un cigarrillo a toda costa no dura para siempre, solo unos instantes, y no se acumula. Si eres capaz de soportar estos instantes iniciales, al final del día comprobarás que le has ganado una batalla al tabaco y, tu confianza irá en aumento.
Consejos para los mementos de más ansiedad:
* Usa la relajación expuesta en el artículo anterior. Recuerda que es mejor llenar de aire tus pulmones que de humo.
* Aparece la tensión. Usa el reloj, observandolo y relajándote un minuto. Respiración profunda y, transcurrido este periodo crítico las ansias remiten. Prepárate para la siguiente oleada.
* Fija la tensión en otra alternativa a la ansiedad, bebiendo un zumo de fruta o un vaso de agua por ejemplo.
* Otra alternativa es picar o masticar algo para entretener la boca en algo distinto al cigarrillo. Aconsejable que sea bajo en calorías (un chicle sin azucar, una manzana, fresas, gajos de naranja o un limón.
* No te dejes llevar por pensamientos negativos. Se realista y reconoce que es la adicción la que intenta convencerte y recuerda que tú eres mucho más fuerte que el cigarro.
* No olvives que estos malos momentos serán cada vez menos intensos y que, cada día que consigas aguantar sin fumar, aparecerán de forma más espaciada. Por elevada que se tu dependencia, las ganas de fumar no son para siempre; al contrario se desaparecerán despues de poco tiempo. Dejar de fumar es mucho más fácil si te ayudas de pauas como estas.
Tienes que saber que los síntimas que muchas personas pasan durante los primeros días sin fumar son normales y suponen una prueba de que tu organismo está comenzando a recuperarse. Entre los más habituales pueden aparecer:
* Un gran deseo de fumar.
* Ansiedad.
* Cansancio.
* Irritabilidad.
* Sensación de fatiga.
* Síntomas depresivos.
* Incremento del apetito.
* Trastornos del sueño.
* Trastornos digestivos.
* Problemas de concentración.
Cuando sientas uno o varios de estos síntomas, no te vayas abajo, pues piensa que es una buena señal de progreso y que remitirán y desaparecerán en pocos días. Céntrate en los beneficios inmediatos del proceso: estás comenzando a dar un respiro saludable a tu corazón y a tu pulmones y tu cuerpo ya se ha librado del monóxido de carbono y de las más de cincuenta sustancias carcinógenas que lleva el tabaco. Te irás dando cuenta por ti mismo de como dejar de fumar es más posible.
Si mientras estabas leyendo este artículo te has estado imaginando dejando el tabaco, o has sentido algun tipo de emoción, quiere decir que eres una persona altamente sugestionable, con altas posibilidades de dejar el cigarrillo.